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Cultura industrial asturiana con más I+D+i

La región necesita redoblar la apuesta por la innovación para ser más competitiva

 

Mario Díaz

 

Hace un año, con motivo de la primera edición de las Jornadas sobre Perspectivas de la Industria Asturiana organizadas por el RIDEA, hacíamos hincapié en nuestra historia industrial como experiencia para desarrollar nuestro futuro. Ahora al lanzar la segunda edición de las jornadas seguimos preguntándonos si la estamos aprovechando y hemos analizado nuestros aciertos y errores pasados.

Lo que sí sabemos es que Asturias quiere ser industrial y que eso forma parte de lo que es, igual que lo son otros elementos culturales. Y que además esta concepción cultural industrial ha trascendido en los otros entornos culturales más tradicionales. Resulta difícil entender lo uno sin lo otro.

Pero además la introspección de la importancia de los elementos de esta cultura, como la necesidad de mejora de la competitividad para la continuidad de los sectores, puede resultar importante como base de la convivencia y el desarrollo industrial. Somos conscientes de que debemos estar muy al tanto de no perder puntos en los diversos temas de competitividad, la energía, las infraestructuras o la formación, aunque en muchos casos no avancemos suficiente.

Se han señalado repetidamente algunos de los problemas que nos limitan, como el coste de la energía y de la logística, o la necesidad de crear oportunidades para reducir el paro juvenil y frenar la pérdida de talento. La solución del muy importante problema demográfico que nos atañe, tiene también que ver con estos otros problemas. Pero también conviene comentar aspectos que se han ido desarrollando con eficacia, como es la colaboración sectorial, trabajando en los valores comunes y contribuyendo a la mejora de la competitividad.

Y con todo, Asturias puede ser núcleo industrial en el norte de España, y eso requiere disponer de condiciones de competitividad mejores que el entorno, tanto en una comparación nacional como internacional. Por supuesto siempre habrá muchos temas a considerar y mejorar.

En esta ocasión voy a hacer hincapié en un tema que precisa actuaciones de forma urgente, para mejorar su incorporación a nuestra cultura industrial. Esto es la valoración y asimilación de lo imprescindible de la I+D+i para el desarrollo industrial. La innovación suele partir de las necesidades de la sociedad, preparando respuestas a las grandes tendencias, crecimiento y urbanización de la población global, con ahorro de recursos, afrontando el cambio climático y satisfaciendo las necesidades de una nueva sociedad cada vez más dinámica

La innovación siempre ha jugado un papel fundamental en el desarrollo industrial, yendo con frecuencia en paralelo con su evolución, y por tanto ha sido importante en Asturias. Pero actualmente se ha hecho aun más importante y se precisa una respuesta cada vez más rápida. Y me parece que globalmente, para las necesidades actuales, la I+D+i no está suficientemente desarrollada en nuestra cultura industrial; necesitamos una mayor promoción de la misma.

Conviene recordar aquí algunos datos de informes recientes, al menos para tener una idea aproximada de la situación. Las inversiones públicas estatales en I+D llegaron a un máximo en el año 2009, siendo en el 2016 un 30% inferiores. En las comunidades autónomas la evolución no ha sido uniforme, y aunque la media se ha reducido la mitad que la estatal, algunas comunidades han aumentado su gasto en I+D. También se ha reducido en un valor análogo la inversión de las empresas desde las mismas fechas. Además, el más reciente crecimiento del PIB no ha conllevado aún un crecimiento proporcional en I+D.

El Informe Cotec 2017, presentado el pasado mayo en Madrid, señala que en España el número de investigadores en el sector público no es muy diferente en relación con otros países de la Unión Europea, pero por el contrario el porcentaje de investigadores por cada mil trabajadores en las empresas es más bajo en España (2,4) que en Europa (3,8). Globalmente en España se dedicó en el año 2015 el 1.22% del PIB a I+D, frente al 2.02% en Europa. Este porcentaje no es muy diferente en el sector público (0,51 frente a 0,64), pero sí que lo es en el sector de empresas (0,57 frente a 1,07). Esta diferencia representaría la necesidad de duplicar, invertir adicionalmente al año unos 5.000 millones de euros en las empresas. Desde el FMI se ha comentado en la mencionada presentación que un aumento de 0,4% del PIB en I+D elevaría el crecimiento de la economía el 5%, y también se señalaron errores al dirigir el gasto.

La I+D en la empresa no es sólo un tema de balances económicos anuales sino una componente estratégica, con muchos efectos indirectos y sinergias. Evidentemente la Administración tiene también su responsabilidad en apoyar la innovación y debe crear los incentivos para ello, seguramente diferentes para grandes y pequeñas empresas.

El Informe de la Caixa de este septiembre sobre investigación e innovación indica que España es muy eficiente relativamente en la producción de publicaciones científicas. Como ha resumido recientemente la secretaria de Estado Carmen Vela, España, con el 0,7% de la población y el 1,7% de los investigadores, es responsable del 3,1% de la producción científica a nivel mundial. Somos sin embargo menos eficaces en patentes y transferencia hacia las empresas. Sin embargo, el apoyo social a la ciencia y tecnología es amplio, esperándose un impacto importante en campos como la salud, la energía y el medio ambiente. Y lo que resulta además de interés, la oferta tecnológica local sigue siendo importante a la hora de la selección de localización por las multinacionales.

En España las comunidades con un porcentaje mayor en I+D son Pais Vasco y Navarra, Cataluña y Madrid, siendo menor en comunidades más turísticas o menos industriales. Asturias representa sólo el 1,2% del gasto español en I+D, lo que es bastante menos que nuestro porcentaje de participación del 2% en el PIB español.

Si queremos ser una región industrial debiera garantizarse tener al menos la misma participación en I+D+i que en el PIB. Digamos que se necesitarían al menos unos 170 millones adicionales para igualar, y una cantidad mayor para manifestar nuestra apuesta por ser región industrial, quizás otro tanto. No podemos quedarnos atrás en este tema respecto a otras regiones próximas, que pueden jugar así con condiciones mejores para atraer y desarrollar la industria. Un porcentaje o cupo como el que hemos indicado, nos colocaría mucho mejor en la competencia industrial.

Esta promoción de la I+D+i debiera manifestarse en mayor investigación general, y también dirigida a las necesidades sociales, que son el objeto también del sector industrial, con coparticipación de la Administración y las empresas. La necesidad de mejora social y al cliente propulsa la innovación, y al mismo tiempo desarrolla la industria. No nos olvidemos que. Asturias, para contribuir a su desarrollo industrial debe participar en cumplir con esa necesidad de mejora social.

Y finalmente, para cerrar esta presentación de las Jornadas, quiero recordar la visualización del consumidor como objeto de la elaboración industrial, en sectores como los que aquí se presentarán: metalmecánico, el de videojuegos, de nuevos productos de la sidra y de suministros del automóvil.

 

La Nueva España 10.12.2017

 

 

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